viernes, 19 de julio de 2013

LOS RUBIES DE LA GRANADA


Es sumamente difícil elegir un lugar concreto de esta zona pura y llena de mezcla a la vez.
Las sensaciones se arremolinan en nuestra mente y no sabemos en qué fijar nuestra atención, ni dónde dirigir nuestra mirada.
La ciudad más visitada de Andalucía forma parte de esta fascinante provincia.
Y bien es cierto, hablo de Granada, pero mi absoluta devoción por ella, hará que no sólo hable de la capital,si no de toda la provincia.




Agua,altas montañas, mar,estrechos y oscuros valles, naturaleza, vanguardia, tipismo, genuinidad, historia, luchas y romanticismo:Todo esto y mucho más es Granada.

Motril,Salobreña y Almuñécar, son los ojos del antiguo reino.Desde aquí se cuidaban de los ataques que podían producirse por mar por los temidos y devastadores piratas berberiscos.Pertenecen a la Costa Tropical,denominada así,por su clima.Playas de arena proveniente de las montañas,donde el estilo de vida mediterráneo y la despreocupación son la nota dominante.


Desde aquí nos sobrecoge la majestuosa Sierra Nevada,con el pico más alto de la península el Mulhacén cuyo nombre hace honor al rey taifa.Bajo este cruel e indómito monte,se cobija la parte más insólita,pura e inspiradora de la provincia,alejada del bullicio de esquiadores y ajena al paso del tiempo: Las Alpujarras.
Este conjunto de pequeños pueblos de arquitectura morisca es capaz de provocar decisiones pasionales entre sus visitantes y convertir al más convencional en un aventurero convencido o romántico deseoso de captar la esencia de esta idílica tierra.
El barranco del Poqueira nos advierte de la altitud y nos amedrenta con sus abruptas y afiladas formas, ya hemos pasado la primera prueba y Las Alpujarras nos reciben con su agreste calor.
Lanjarón, el pueblo más bajo nos regala la rivera de su río para reconfortarnos en nuestro recorrido.Lanjarón es salud,vida y paz.El agua toma forma de sanador de la naturaleza purificando a todo el que la aprecia.

Con la misma fe nos entregamos a la vieja Fuente de los Siete Caños,que el tiempo y los mismos visitantes han ido maltratando.Esta fuente mágica disponía de siete caños que vertían agua de distinto sabor.Los enfermos aún acuden en masa convencidos de que el agua ferruminosa de Fuente Agria,curará sus males,a pesar de que esté a punto de desaparecer.
En una gran batalla entre los cristianos y los moriscos,que faltos de armamento se cobijaban en las intrincadas Alpujarras, los moriscos resultaron masacrados en este punto y la sangre de los desdichados tiñó el río de rojo.Desde ese día,el río presenta ese color anaranjado-rojizo y es conocido como el río Bermejo.

Los pequeños y apiñados pueblecitos de Pampaneira,Bubión y Capileira parecen agarrarse al complicado relieve con sus pintorescas y apiñadas casas,cuya morfología serrana despierta la fantasía del visitante.
Pueblos que, de Pampaneira a Capileira, van ascendiendo como una hiedra que se aferra a una pared que parece tocar el cielo.
La Alpujarra granadina ha perdido su virginidad y aspecto solitario y casi medieval que la caracterizaba antaño, por su creciente fama,que año tras año atrae más y más turistas, aventureros y románticos de todo el mundo.
Una zona dominada por el blanco perpetuo,el gris de sus chimeneas y la abundante pizarra,olor a hogueras en invierno, preparada para la incomunicación, donde las fiestas de toda Andalucía se viven de una manera perdida ya en la historia de la mayoría de los pueblos, y la gastronomía está concebida para compensar a un sacrificado pastor montañés o la peligrosa subida de un temerario montañero.
La Alpujarra granadina es la cara sur de Sierra Nevada,no hay nieve,no hay esquiadores ni venta de forfaits, pero es aquí donde la historia y la esencia de Granada se nos muestra humilde y sin artificios.


No podíamos obviar a Garnata,ciudad de los judíos,última plaza musulmana y con grandes y suntuosos testimonios del amor que por ella sintieron los grandes monarcas cristianos,que tras mucha lucha la tomaron.
Ante una capa de austeridad y discreción, Granada deja ver a quien la observa con la mirada de la fascinación sus joyas que lucen como rubíes tras despojarse de ese velo de impasibilidad.
Una fortaleza de piedra roja que en su interior alberga filigranas decorativas donde el silencio de la soledad sólo es roto por el llanto de sus fuentes.
Una zona donde la artesanía y gastronomía taifa, se resisten a desaparecer, donde cuevas de orígen incierto han servido de hogar al pueblo romaní,donde los triunfadores cristianos muestran el esplendor de su reino con ricos materiales y monumentales construcciones,donde los viajeros románticos hacían parada obligada atraídos por su magnetismo.Todo esto es palpable y pervive  ante el ritmo incesante de la ciudad moderna.
Tras recorrer todo esto,y más lugares de la provincia que no puedo abarcar por no eternizar mi entrada,comprendo cómo todos sus pobladores rehusaban a abandonar este maravilloso reino,comprendo el rabioso llanto de Boabdil cuando contemplaba con impotencia su inminente expulsión.

Lágrimas de nostalgia por el último reino ,que permanece imborrable en la memoria de todo el que la visita y se lamenta a la hora de abandonarla.
                                    











3 comentarios:

  1. Que preciosidad de articulo. 12 sobre 10

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  2. Dan ganas de quedarse allí eternamente. Precioso.

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  3. Muchas gracias,chicos!!Todo sea por promocionar lugares que lo valen!

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